El Gobierno de Adán y Eva en la Tierra
Hoy analizamos las maravillas de la Sagrada Escritura. En esta lección sobre el gobierno divino, descubriremos cómo el Creador y Todopoderoso Dios, estableció en su voluntad, un propósito glorioso para la humanidad en este planeta.
¿Están listos para sumergirse en esta verdad que transforma corazones? ¡Acompáñenme!
El Origen del Universo y la Creación de la Tierra
Imagina un instante: el Todopoderoso, que es Espíritu lleno de energía pura, decide dar vida al universo. Estrellas, galaxias, sistemas solares… una inmensidad que desafía nuestra comprensión. Los científicos, como hormigas ante un bosque infinito, intentan descifrar este misterio. Algunos incluso sugieren que podrían existir múltiples universos. Pero en medio de esta vastedad, el Padre Celestial fijó su mirada en un pequeño punto: nuestro planeta, llamado en hebreo Erets (Tierra).
¿Por qué este lugar? Porque YaHWeH no actúa al azar. Todo en el universo se rige por leyes: leyes físicas que sostienen las galaxias, leyes morales que guían la ética y leyes espirituales que dan orden al cosmos. Sin leyes, no hay armonía. Y en este planeta, el Dios Altísimo no solo creó un hogar, sino que estableció un sistema de gobierno. ¿Quieres saber cómo? Sigamos adelante.
El Gobierno de Adán y Eva
En Génesis 1:26-28, leemos un pasaje poderoso:
> Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y que gobierne sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado y todo animal que se arrastra sobre la tierra.” Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: “Fructifiquen y multiplíquense; llenen la tierra y gobiérnenla.”
Aquí está la clave: Adán y Eva, creados a imagen del tribunal celestial, no fueron solo seres humanos. Fueron designados como los gobernantes de este planeta. El término “hombre” (Adám en hebreo) es genérico e incluye tanto al varón como a la hembra. Ambos, hombre y mujer, fueron coronados con la autoridad para dominar la Tierra, cuidarla y llenarla de vida. ¡Qué privilegio! YaHWeH Dios es el Creador y dueño del universo, delegó este mundo a la humanidad como sus mayordomos.
Pero, ¿qué significa ser creados “a imagen de YaHWeH Dios”? No sólo se trata o refiere a un parecido físico, sino que también alude a cualidades espirituales y mentales: la capacidad de crear, decidir, amar y gobernar con justicia. Adán y Eva fueron hechos soberanos, dueños de este planeta, con la misión de administrarlo según el plan deidifico.
La Corona de la Creación
Algunos dicen que el hombre es la corona de la creación. Pero, hermanos, dejemos esto claro: la mujer también lo es. Génesis nos muestra que el varón fue creado primero, pero la mujer, formada del cuerpo de Adán, completa la obra maestra del Creador. Juntos, hombre y mujer, reflejan la imagen divina. Como dice el Salmo 8:4-6:
> ¿Qué es el hombre para que lo recuerdes, o el hijo del hombre para que lo cuides? Lo hiciste poco menor que los ángeles, lo coronaste de gloria y honra, y lo hiciste señor de las obras de tus manos. Todo lo pusiste bajo sus pies.
El ser humano, varón y hembra, es el amo de este planeta. Todo —los peces, las aves, los animales— fue puesto bajo su autoridad. Este mundo es nuestro, hermanos, y con ese privilegio viene la responsabilidad de cuidarlo, no de destruirlo. No contaminemos los ríos, no ensuciemos la Tierra. Somos mayordomos de esta creación.
La Caída y el Propósito Redentor
Lamentablemente, la historia no termina ahí. Adán y Eva, al ceder a la tentación, cayeron bajo el dominio de Satanás. Como dice 2 Pedro 2:19, el que es vencido por alguno queda esclavo de quien lo venció. Al pecar, la humanidad perdió el control de este mundo, y Satanás se convirtió en “el dios de este siglo” (2 Corintios 4:4), influenciando a millones hacia la corrupción.
Pero el Dios Todopoderoso no abandonó su plan. Desde la fundación del mundo, Él preparó un reino para la humanidad (Mateo 25:34). Abraham, por ejemplo, no esperaba ir al cielo, sino una ciudad con fundamentos, diseñada por YaHWeH (Hebreos 11:9-10). Y en Apocalipsis 21, vemos esa ciudad, la Nueva Jerusalem, descendiendo a una Tierra renovada, donde el trono de YaHWeH y del Cordero estará entre nosotros.
La Tierra: Nuestra Herencia Eterna
La Escritura es clara: nuestro destino no es el cielo, sino esta Tierra restaurada y renovada. Salmo 37:29 lo confirma: Los justos heredarán la tierra y vivirán para siempre en ella. No hay fronteras nacionales ni castas en el reino de YaHWeH. Como dice Hechos 17:26-27, Él creó a todas las naciones de un solo hombre (Adán) para que habiten la Tierra y busquen al Dios creador y Todopoderoso.
Incluso las razas, con sus colores y características únicas, son parte del plan y voluntad de YaHWeH Dios. Desde Noé y sus hijos —Cam, Sem y Jafet— surgieron las diversas etnias, cada una reflejando la creatividad de YaHWeH. Todos venimos de Adán y Eva, y en sus genes estaba la capacidad de producir esta hermosa diversidad.
El Mesías: El Rey que Restaura
El Salmo 2:6-7 declara: He puesto a mi rey sobre Sion, mi santo monte. Publicaré el decreto: YaHWeH me dijo: “Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy.” Este rey es Yahoshúa, el Ungido, el Hijo de YaHWeH, enviado para redimir lo que el primer Adán perdió. Él no es el Padre Celestial, como algunos erróneamente creen, sino el Hijo, designado para gobernar con justicia.
Cuando regrese, Yahoshúa establecerá su reino en esta Tierra, eliminando la corrupción y el pecado. Como dice Salmo 45:6, Tu trono, oh poderoso, es eterno; cetro de justicia es el cetro de tu reino. Él rescatará a la humanidad del dominio de Satanás y restaurará el gobierno celestial.
Nuestra Respuesta: Honrar al Hijo
Hermanos, el Salmo 2:11-12 nos llama a actuar: Sirvan a YaHWeH con reverencia y alégrense con respeto. Honren al Hijo para que no se enoje. Servimos y adoramos al Padre, pero honramos al Hijo como nuestro rey. Yahoshúa mismo dijo en Juan 5:23: El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió. Y en Juan 14:6, afirmó: Nadie viene al Padre sino por mí.
No hay salvación en ningún otro. Ni en pastores, ni en sacerdotes, ni en ninguna autoridad humana. Solo en Yahoshúa, el Mesías, encontramos redención. Él nos invita: Al que a mí viene, no lo echo fuera (Juan 6:37). ¿Aceptarás esa invitación hoy?
Conclusión: Un Llamado a la Esperanza
Queridos hermanos, este planeta es nuestro hogar, creado para que lo habitemos eternamente bajo el gobierno del Mesías. La Biblia nos revela la verdadera historia de la humanidad: un plan de amor, redención y restauración. No vamos al cielo; el cielo vendrá a nosotros en una Tierra renovada, donde viviremos para siempre con YaHWeH y el Cordero.
Te invito a reflexionar: ¿Estás honrando al Hijo? ¿Estás cuidando esta Tierra que nos fue confiada?
Gracia y Paz hermanos y amigos Santos, Bendiciones de lo Alto ..
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