Buscar este blog

viernes, 21 de marzo de 2025

El Dios de Jesús [Yahoshúa]




El Dios de Jesús [Yahoshúa]


La figura del Nazareno fue reinterpretada muchos años después de su muerte, y estas interpretaciones fuera de la cultura Israelita afectaron significativamente cómo los cristianos del segundo, tercer y cuarto siglo leyeron e interpretaron los escritos que hoy llamamos Nuevo Testamento.

Muchas de esas ediciones no se alineaban con las tradiciones del pueblo de Israel, instruidas por el Todopoderoso, sino que reflejaban comentarios e interpretaciones de copistas basados en consideraciones teológicas. Esto comprometió, en cierta medida, la credibilidad de la teología del Nuevo Testamento. Mientras el mensaje de Yahoshúa permaneció dentro del círculo apostólico y las fronteras geográficas y teológicas de Israel, conservó su esencia original. Pero, al desaparecer este círculo protector con la muerte de los apóstoles, se perdió la cosmovisión judía original del Mesías. El lenguaje y los conceptos cambiaron, dando lugar a una teología no hebrea, ajena al pensamiento de Yahoshúa. Como resultado, surgió un “Jesús religioso” malinterpretado: Dios de Dios, y con los años, la teología de la Trinidad, tres deidades en una, tres personas divinas consustanciales pero independientes.

Este pensamiento evolucionó aún más: si Jesús es Dios, entonces María, su madre, dio a luz a Dios y es la “Madre de Dios”. Esto es como una paradoja temporal que desafía la lógica:
¿Cómo podría María, un ser humano creado, engendrar a un Dios preexistente, Ilimitado, Omnipresente, Todopoderoso e Inmutable? 
Pero el razonamiento no se detuvo ahí. Si es la Madre de Dios, podría ser corredentora; si es corredentora, debió ser preservada del pecado original, siendo inmaculada; si es inmaculada, ascendió al cielo en cuerpo y alma; si está en el cielo, puede interceder por los pecadores; y si intercede, merece culto, con rezos, procesiones y peticiones, como los paganos hacían con sus dioses. Esto elimina al único mediador entre Dios y los hombres (1Timoteo 2:5). 
El pensamiento continuó: se edificó la adoración a María, la beatificación de santos, el santoral y la costumbre de nombrar a los niños según el santo del día de nacimiento. Así nació una religión imponente apartada de sus raíces hebreas y del pueblo de Israel, respaldada por un imperio que absorbía ritos paganos de otras culturas y se incorpora en el catolicismo romano y su religión.

La divinidad de Yahoshúa no proviene del judaísmo; es un desarrollo cultural, político y teológico que tomó siglos. Surgió de debates internos, primero en el judaísmo y luego en un cristianismo separado de su raíz judía, en medio de persecuciones externas cuando aún competía con las religiones oficiales del Imperio Romano. Este proceso incluyó sectas, ediciones, interpolaciones, adiciones y sustracciones hasta que se fijó un canon. La secta de la religión apóstata más fuerte obtuvo el apoyo del emperador, quien legalizó esta rama mayoritaria en el Concilio de Nicea (325 d.C.), convirtiéndola en la religión oficial del Imperio. Esta ortodoxia cristiana se impuso, declarando herejes a quienes discrepaban, dando forma al cristianismo actual.

Pero, que una secta ganara no significa que el Nuevo Testamento sea un invento. Aunque hubo interpolaciones, los copistas respetaron la tradición: los textos, considerados normativos y leídos cada domingo, se copiaban con extremo cuidado, con un 95-99% de fidelidad. Cambiarlos significativamente tras Nicea habría provocado rechazo, pues llevaban fijados universalmente desde 150 años antes. Los evangelios, escritos 40-50 años después de Yahoshúa por discípulos y Pablo, ya reinterpretaron al Jesús histórico como una mezcla del Mesías terreno y el Ungido celestial exaltado. Esta divinización, atribuida al Jesús terreno, no refleja su vida real.

Esto plantea preguntas serias:
¿Representa la secta religiosa ganadora en Nicea la enseñanza genuina de Yahoshúa y los apóstoles, o es una versión gentilizada? 
¿Las sectas perdedoras en Nicea reflejaban mejor su mensaje?
¿Existió una rama cristiana fiel a sus enseñanzas antes de Nicea?
¿Es el cristianismo lo único que queda de Yahoshúa?
Gamaliel, rabino en su época, dijo: 
“Dejad a estos hombres; si es de Dios, permanecerá; si no, se desvanecerá. Pero si es de Dios, os hallaréis luchando contra Él” (Hechos 5:38-39). 
Entonces:
¿Qué quedó de Yahoshúa y sus discípulos judíos?
¿Qué pasó con los judíos que creyeron en él como Mesías?
¿El Nuevo Testamento es la única fuente para conocerlo, o hay evidencias ocultas dentro o fuera que nos hagan repensar su vida y mensaje?

Para responder, consideremos la divinidad de Yahoshúa. 
¿Surgió gradualmente en luchas sectarias, o abruptamente como revelación?
¿Fue un proceso intelectual no judío cristalizado en Nicea en 325, o una interpretación errónea de fuentes hebreas?
¿Se equivocaron judíos o cristianos, con el Ungido, y cuáles de todas las sectas?
La Trinidad, producto de 300 años de reflexión cristiana, no existía en los primeros cristianos ni en el judaísmo de Yahoshúa. Nicea buscó explicar cómo Yahoshúa fue hecho Dios, no cómo Dios se hizo Yahoshúa. La encarnación de dioses es ajena al judaísmo, propio del paganismo.

Para entender cómo se interpretó a Yahoshúa siglos después, debemos conocer su contexto social, cultural, religioso y político, dentro y fuera de Israel. Yahoshúa entendía a YaHWeH Dios como uno y único: 
“Escucha, Israel: el Señor Soberano nuestro Dios es el único Señor” (Marcos 12:29, citando Deuteronomio 6:4). 
Dios es la causa de todo, sin poderes independientes: 
“No cae un gorrión sin Su permiso” (Mateo 10:29). 
Isaías 46:8-10 dice: “Acordaos de esto: Yo soy Dios, no hay otro; declaro el fin desde el principio”.
Para Yahoshúa, no hay espacio para otra divinidad única, menos para tres. Cuando lo llamaron “maestro bueno”, respondió: 
“¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo Dios” (Marcos 10:18), rechazando equipararse al único Dios.

En el judaísmo del Segundo Templo (siglo VI a.C. - 70 d.C.), donde Yahoshúa vivió, Elohim (אֱלֹהִים) no implica pluralidad numérica, sino de atributos: poder, justicia, dominio. Génesis 1:1 dice: “Bereshit bara Elohim” (“En el principio creó Elohim”), con verbo en singular (bara), indicando un solo Dios. El plural “hagamos” (Génesis 1:26) es de majestad, no de personas; el Targum arameo lo atribuye a Dios hablando a ángeles. Elohim también se aplica a ángeles o jueces (Éxodo 21:6; Salmo 8:5), pero el contexto define su sentido. Yahoshúa fue formado en esta teología: Dios es único, eterno, increado. La Trinidad (1+1+1=1) contradice esto, siendo irracional frente a la Instrucción [Torá] y los profetas.

Sin esta base, el cristianismo gentil y helenista malinterpretó a Yahoshúa, influido por el paganismo y el judaísmo griego. En el próximo capítulo exploraremos cómo sus palabras (ej. “El que me ha visto ha visto al Padre”, Juan 14:9) fueron tergiversadas sin este contexto hebreo.

Probables eisegesis de la religión apóstata:
- Trinidad como no judía: 
Ignora que algunos ven raíces en Juan 1:1 o Isaías 9:6, aunque Yahoshúa no la enseñó explícitamente.
- María como no divina: 
Su rol evolucionó, pero “Madre de Dios” (Theotokos) se basa en la cristología de Nicea, inspirada por el paganismo.
- Elohim como no numérico:
Correcto en general, pero algunos teólogos judíos exploran pluralidad metafísica en la Qabbalah.




Gracia y Paz hermanos y amigos Santos, Bendiciones de lo Alto ..